Las autoridades de Brasil trataban de recuperar el martes el control de una prisión en el sur del país, donde dijeron que habían conseguido la libertad de uno de los 12 guardias capturados por prisioneros amotinados.
El secretariado de Justicia del estado de Paraná dijo que un grupo de más de 30 reclusos encabezaba el motín en la prisión de Guarapuava y que un número desconocido de prisioneros estaban involucrados.
La prisión, a unos 995 kilómetros al suroeste de Río de Janeiro, tiene unos 250 reclusos.
Los amotinados tienen una larga lista de demandas, incluyendo mejor comida, tratamiento y condiciones y la transferencia de algunos reclusos a otras penitenciarías. Es la más reciente rebelión en una cárcel en Brasil, donde la sobrepoblación penal y la mala infraestructura causan decenas de motines cada año.
Condiciones horripilantes y violencia entre pandillas plagan muchas instalaciones, algunas de las cuales son esencialmente gobernadas por cabecillas pandilleros que continúan manejando sus negocios criminales desde prisión.
Durante una rebelión en otro penal en Paraná, en agosto, prisioneros decapitaron a dos reclusos. Imágenes de televisión mostraron a prisioneros armados con cuchillos y garrotes golpeando a algunos guardias y reclusos en el techo del edificio.
