Boris Yeltsin, el hombre que asestó el golpe mortal al comunismo, acabó con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y abrió una nueva etapa en las relaciones internacionales, falleció ayer en Moscú a los 76 años de un repentino paro cardíaco.
El primero en expresar sus condolencias fue su enemigo acérrimo, Mijaíl Gorbachov, quien lo elevó primero a la cima del poder soviético, el Politburó, y lo desbancó después, catapultándole así a la fama y a la gloria.
"Tuvo un destino trágico. Tras su espaldas quedaron grandes méritos ante el país y también graves errores", declaró Gorbachov.
"Yeltsin falleció a las 11:45 a.m. en el Hospital Clínico Central de Moscú a causa de una progresiva insuficiencia cardiovascular multiorgánica", según explicó Serguei Mironov, jefe del Centro Médico del gabinete de la Presidencia rusa.
Fue el primer líder electo del país más grande de la Tierra. Ese logro por sí solo asegura que será recordado como un gigante. Sin embargo, muchos rusos lo asocian con sus últimos años en el poder, cuando a menudo parecía ebrio, enfermo y aislado. Rusia estaba lejos de un régimen totalitario, pero la guerra en Chechenia y la ruina económica consumían al país.
RENUNCIA
Rey de los gestos elocuentes, Yeltsin renunció al poder voluntariamente en las últimas horas del siglo XX, a favor de Vladimir Putin, un sucesor cuidadosamente elegido. De esta manera, el primer líder electo de Rusia también se convirtió en el primero en dejar el poder en forma voluntaria. Cuando Yeltsin llegó al poder era visto como un titán, físicamente grande y de voz profunda. Pero al final de su gobierno, se le veía enfermo y tambaleante, luciendo a menudo desorientado o confundido. Lo persiguieron constantemente las acusaciones de que permitió que su momento en la historia fuera aprovechado por cercanos, amigos, familiares, y aduladores que usaron su acceso al Kremlin para desviar las riquezas de Rusia a beneficio personal.
La efervescencia rusa por las nuevas libertades fue seguida por una ola de pobreza y corrupción, mientras que la valentía inicial de Yeltsin de oponerse a gobernar a través de la fuerza fue empañada más tarde por un derramamiento de sangre que él mismo ordenó.
Yeltsin no era un intelectual, pero su enérgico carisma lo convirtió en el hombre del momento. Millones de rusos se unieron tras su figura y lo pusieron a la cabeza del primer movimiento de protesta visto en Rusia desde los días de Vladimir Lenin.
En 1989, Yeltsin ganó un asiento en el nuevo Congreso Soviético de Diputados del Pueblo y un año más tarde se convirtió en el presidente del Parlamento de la república soviética rusa.
REFORMAS
En junio de 1991, fue elegido presidente de Rusia, todavía dentro de la Unión Soviética.
Dos meses más tarde, Yeltsin desafió a los líderes comunistas de línea dura que intentaron un golpe de Estado.
La arremetida golpista fracasó y seis meses después firmó un pacto con líderes de Ucrania y Bielorrusia que abolía la Unión Soviética.
La euforia duró poco. Yeltsin intento imponer un programa de reformas económicas que permitiera una rápida transición de una economía estatal a una de libre mercado.
El impacto inicial de las medidas, hiperinflación, desempleo y un colapso en la producción, generaron una enorme pobreza. En 1994, Yeltsin ordenó la primera de dos guerras contra los rebeldes chechenos.
Decenas de miles de personas murieron y Rusia fue forzada a retirar a sus derrotadas tropas. Más tarde Yeltsin admitió que la guerra "pudo haber sido uno de mis errores", una de las pocas veces que reconoció una posible equivocación.
En 1996 fue reelecto para un segundo período, pero el estrés de la campaña le ocasionó varios ataques cardíacos y debilitó su salud en sus últimos años en el poder. En agosto de 1998, la frágil economía rusa colapsó
LEGADO DE UN PRESIDENTE
.CONDOLENCIAS: Líderes de todo el mundo elogiaron a Yeltsin por llevar libertad y democracia a Rusia luego de décadas de gobiernos totalitarios.
.SUCESOR: El presidente ruso, Vladimir Putin, a quien Yeltsin designó como su sucesor antes de retirarse a fines de 1999, también expresó su pesar.
.HERENCIA: El caos que Putin heredó de Yeltsin provocó un desencanto generalizado con la democracia que más tarde le permitió atenuar muchas de las reformas previas.

