Diversos atentados de milicianos en el norte de Afganistán llevaron a la muerte de al menos a 11 policías y un funcionario cuyo auto fue atacado con una bomba a control remoto, informaron autoridades el domingo.
Los milicianos atacaron un retén durante la noche en la provincia de Kunduz cerca de Tajikistán. En ese incidente murieron al menos seis policías fronterizos, dijo el subjefe policial Abdul Rahman Aqtash.
“Tenemos reportes de que se podría tratar de más de seis muertos”, agregó Aqtash por teléfono en camino al lugar donde ocurrieron las muertes.
También en Kunduz, los milicianos detonaron una bomba a control remoto cuando el jefe del distrito de Qala Zal pasaba en su auto. En esa explosión murió Zal y su escolta, informó el ministerio del interior.
Cinco policías más murieron el sábado cuando su vehículo pasó por una bomba al ras del suelo en la provincia de Badakshan al noroeste del país, agregó el ministerio en un comunicado.
El norte de Afganistán solía ser relativamente pacífico, pero el Talibán y otros grupos milicianos se han vuelto cada vez más activos ahí en los últimos dos años.
Dos soldados alemanes resultaron heridos en Kunduz el sábado cuando su convoy pasó por dos bombas al ras del suelo.
La caravana de militares también tuvo que enfrentar un ataque con armas de poco calibre de los insurgentes en la misma zona. Los insurgentes han atacado a la policía y a otras autoridades para afectar al gobierno afgano y crear temor.
La seguridad y la confianza en las autoridades locales es esencial en la estrategia contra la insurgencia de la OTAN que próximamente llevará al retiro de las tropas internacionales.
