ROMA, Italia (AFP). Las nuevas Brigadas Rojas (BR), que reivindicaron este miércoles el atentado cometido el martes contra el economista Marco Biagi, asesor en materia laboral del gobierno de Silvio Berlusconi, volvieron a golpear en Italia, para despertar antiguos odios y resentimientos.
La reivindicación del asesinato de Biagi fue hecha a un diario de Bolonia (norte de Italia), donde fue cometido el asesinato, y está siendo evaluada por las autoridades, que sospechaban acciones sangrientas de algunas ramas de la organización terrorista. Dos timbres, con la frase objetivo centrado, y una estrella de cinco puntas dentro de un círculo, símbolo histórico de las Brigadas Rojas, pintados a pocos pasos de la residencia del economista, aumentan las sospechas de que la organización terrorista italiana podría ser la autora del delito.
Fundadas en 1973 por un intelectual y docente universitario, Renato Curcio, detenido en 1976 sin haber jamás cometido o participado directamente a un crimen, las BR surgen de la radicalización del movimiento estudiantil de mayo de 1968 en todo el viejo continente. Curcio, que permaneció 17 años en la cárcel y que jamás renegó de sus principios políticos, fue el teórico entonces del paso a la lucha armada, convenciendo a sectores estudiantiles, intelectuales y obreros a entrar en la clandestinidad.
En octubre de 1969, durante el llamado otoño caliente, Italia fue sacudida por una serie de huelgas y atentados sangrientos, algunos de ellos organizados por los servicios secretos y grupos fascistas, como el de Plaza Fontana, en Milán (16 muertos), que marcan el inicio de lo que más tarde será llamado los años de plomo. La primera acción terrorista de las BR fue el secuestro el 18 de abril de 1974 de Mario Sossi, magistrado de Génova, organizado por Alberto Franceschini. El rehén fue liberado tras 35 días de detención.