BOSTON, EU (EFE). La arquidiócesis católica de Boston, que afronta demandas de 450 supuestas víctimas de abusos sacerdotales, presuntamente encubrió a religiosos que se drogaban y otros que tenían relaciones sexuales con novicias, informó ayer el diario estadounidense The Boston Globe.
Estos presuntos abusos se mencionan en unas 3 mil páginas de documentos referidas a ocho sacerdotes divulgadas por orden judicial, pero ninguno de los clérigos citados se encuentran entre las decenas de sacerdotes mencionados en anteriores acusaciones.
No ha habido otra arquidiócesis (en EU) donde la extensión del problema de los abusos sacerdotales se haya identificado de manera tan clara, dijo David Clohessy, director nacional del grupo Red de Sobrevivientes de Víctimas del Abuso Sacerdotal (SNAP por su sigla en inglés) al diario.
El Globe indicó que la arquidiócesis, desesperada por contener el creciente escándalo sacerdotal, durante años manejó en secreto las acusaciones de que un clérigo había aterrorizado y golpeado a su empleada doméstica, otro había canjeado cocaína por sexo, y un tercero había seducido a jovencitas afirmando ser 'la segunda encarnación de Cristo' . Los documentos muestran que uno de los sacerdotes, Robert Burns, tenía antecedentes de abuso sexual cuando llegó a Boston desde la diócesis de Youngston, en Ohio.
El entonces arzobispo de Boston, cardenal Humberto Medeiros, y dos de sus asistentes sabían del historial de Burns, pero ello no fue obstáculo para que le asignaran a una parroquia en la cual trabajó con niños, según los documentos. La arquidiócesis -la más afectada por los centenares de denuncias de abuso sacerdotal en los últimos dos años en Estados Unidos- estudia la posibilidad de declararse en bancarrota, ante reclamos de indemnizaciones a las víctimas que superarían los 100 millones de dólares.
