El recurso a la tortura está muy extendido en el ejército y la policía afganas pero sus instructores de la OTAN, aunque están al corriente, cierran muchas veces los ojos siempre que no se les acuse a ellos, según testimonios de soldados y oficiales recogidos por la AFP.
En 11 bases militares de la provincia meridional de Kandahar, AFP consiguió 23 declaraciones de militares afganos y estadounidenses, simples soldados u oficiales, que afirman que las fuerzas de seguridad afganas torturan a los prisioneros de manera habitual e incluso sistemática.
“He visto la manera en que el ejército nacional afgano trata a los talibanes, les dan palizas increíbles y a veces les matan”, explica un sargento estadounidense de la fuerza de la OTAN en Afganistán (Isaf).
Un oficial afgano explica, riendo, que capturó a dos talibanes, los llevó a sus casas y luego los asesinó delante de sus familias.
En Arghandab, un distrito de Kandahar, dos tenientes coroneles estadounidenses, David Flynn y Rodger Lemons, aseguran no tener información sobre tortura en su zona. “Es cierto que no damos el mismo valor a la vida humana que los afganos”, menos sensibles tras tres décadas de guerra, admite Flynn, mientras que Lemons asegura que la tortura en el país “no está tan generalizada como en Irak”.
En una de las bases de la provincia, un teniente afgano y un capitán de EU bromean sobre un presunto talibán capturado, que será liberado pronto por falta de pruebas. “Tenéis que entregárnoslo, vamos a pegarle y hablará”, promete el afgano con un bate de béisbol en las manos, bromeando con el capitán. El militar estadounidense consciente de la presencia del periodista le dice: “Si haces esto dile a los soldados estadounidenses que se vayan, no puedo admitirlo si estoy al corriente”.
“Por desgracia”, añade su adjunto. Según Rachel Reid, de Human Rights Watch, la tortura la practica sobre todo la policía nacional afgana y la NDS, la agencia afgana de inteligencia, donde “la tortura está generalizada”.
“La más alta jurisdicción de Gran Bretaña reconoció que la tortura está generalizada en Afganistán”, explica Reid, algo que también afirma la justicia canadiense, varios informes de ONG y la comisión afgana de Derechos Humanos.
Pero las fuerzas afganas no son las únicas acusadas. Igual que en Irak, al ejército de Estados Unidos y a la CIA se les acusa de tortura, lo que hace aumentar la hostilidad popular contra su presencia en el país.