La parte occidental de Rusia continuaba afectada por una ola de frío siberiano con temperaturas de hasta -40 °C, que en la noche del miércoles al jueves se cobró la vida de siete personas en la capital, Moscú.
Además, 70 personas tuvieron que recibir tratamiento en hospitales por hipotermia.
En la localidad de Tomilino, en la zona de Moscú, 8 mil personas tuvieron que pasar la noche sin calefacción, después de que una caldera de la central energética local sufriera una avería. Las temperaturas extremadamente bajas se mantendrán hasta finales de enero, advirtieron los meteorólogos.
En los alrededores de la ciudad de San Petersburgo, la mayoría de las escuelas tuvieron que cerrar por las bajas temperaturas, que alcanzaron los -40 °C. Incluso en el relativamente cálido sur de Rusia, las temperaturas cayeron a orillas del Volga a -30 °C.
La última ola de frío similar registrada en Moscú se remonta al invierno de 1978-1979, cuando las temperaturas cayeron también hasta los -40°C.
El primer ministro ruso, Mijail Fradkov, ordenó recurrir a las reservas de combustible para garantizar la calefacción en los hogares rusos. Rusia está enviando estos días una cantidad de gas inferior a la acordada a Europa Occidental, ya que la demanda en el propio país ha aumentado de forma extrema.
