MANAGUA, Nicaragua (Servicios internacionales). El escándalo que sacudió hace tres años al ex presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusado de abuso sexual por su hijastra, volvió al tapete este jueves tras conocerse la decisión del líder sandinista de renunciar a su inmunidad y enfrentar un juicio.
Ortega, de 56 años, se presentó a un juzgado local para informar que ha renunciado al privilegio de inmunidad parlamentaria y que está listo para afrontar en tribunales las acusaciones de Zoilamérica Narváez, su hija adoptiva, que en 1998 lo demandó por abuso y violación sexual.
El ex mandatario nicaragüense (1984-90) dijo ser inocente de los delitos que le imputa Narváez y explicó que decidió encarar el juicio para aclarar el caso, al que rehuyó durante tres años alegando que la denuncia no era más que un complot contra el partido sandinista.
Rechazamos estas acusaciones, soy inocente y esperamos justicia, aseveró el comandante Ortega al comparecer ayer tarde en el Juzgado Primero del Distrito del Crimen de Managua, flanqueado por sus hijos y su esposa, la poeta Rosario Murillo, madre biológica de Narváez.
Zoilamérica Narváez, socióloga, de 33 años, conmocionó al país en 1998 al denunciar que Daniel Ortega había abusado sexualmente de ella desde que tenía 11 años, que al cumplir 15 la violó por primera vez y que hasta 1990 mantuvo un acoso sexual permanente sobre ella.
Ortega negó las acusaciones y las atribuyó a una trama política en su contra.
