TORONTO, Canadá (EFE). - Juan Pablo II animó este jueves a los jóvenes de todo el mundo reunidos en Toronto a descubrir el perdón en un mundo mucha veces en manos de la violencia y el terror, les pidió que no cedan a los placeres superficiales y aseguró que la felicidad no se puede comprar con el dinero, el éxito y el poder.
Estas manifestaciones las hizo ante unos 200 mil muchachos de 173 países que asisten en la ciudad canadiense a la XVII Jornada Mundial de la Juventud y que este jueves le dieron la bienvenida y le acogieron como a una estrella del pop.
Contento, sonriente, con buen color y aspecto relajado tras los dos días de reposo en la isla de la Fresa, Juan Pablo II dijo a los jóvenes que él es un viejo, cargado de años, pero con un corazón todavía joven.
En medio del delirio de los papaboys, como se conocen a los jóvenes de estas jornadas, el Pontífice desveló que estaba impaciente por este encuentro y que el hecho de que se celebre a orillas del lago Ontario le recuerda el lago Tiberiades, en cuya ribera Jesús pronunció las bienaventuranzas.
El Papa que os quiere ha venido desde lejos para escuchar juntos las palabras de Jesús, que todavía hoy puede encender el corazón de un joven y motivar toda su existencia, afirmó Juan Pablo II.
La frase el Papa os quiere la dijo en español, levantando las ovaciones de los miles de hispanohablantes presentes, quienes le respondieron que nosotros también te queremos.
Con el pensamiento puesto en los atentados del 11 de septiembre, que han marcado al planeta, el Papa añadió que mirando a Cristo se puede descubrir el camino del perdón y de la reconciliación en un mundo muchas veces en manos de la violencia y el terror.
Hemos sufrido, con dramática violencia, durante el pasado año, la cara trágica de la maldad humana. Hemos visto qué sucede cuando reinan el odio, el pecado y la muerte. Pero hoy la voz de Cristo resuena en nuestra asamblea como una voz de vida, de esperanza, de perdón, de justicia y de paz, dijo el Romano Pontífice
También aseguró que escuchando a los jóvenes ha entendido que quieren ser felices pero que esa felicidad no se consigue con el dinero, el éxito y el poder, y muchos menos con el placer superficial y efímero de los sentidos.
El hombre está hecho para la felicidad, vuestra sed de felicidad es legítima y la respuesta sólo la podéis encontrar en Cristo, en El está el secreto de la victoria, aseguró Karol Wojtyla.
Agregó que las bienaventuranzas describen la cara de Cristo y que mirándole se puede saber lo que significa buscar la justicia y ser operadores de paz.

