MEXICO, DF (REUTERS)
El papa, Juan Pablo II, canonizó este miércoles a Juan Diego Cuauhtlatoatzin como el primer santo católico indígena, en una ceremonia en la capital mexicana, en la que el ritual cristiano se mezcló con la música y símbolos prehispánicos.
En el colorido y multitudinario acto litúrgico en la Basílica de Guadalupe, al norte de la Ciudad de México, el pontífice, quien habló con cansancio durante la ceremonia de dos horas y media, también abogó por las etnias locales.
Tras recibir el saludo de millones de mexicanos que se lanzaron a las calles a ver su paso, el Papa, de 82 años y quien visita México por quinta vez, fue ovacionado a su ingreso al templo para la ceremonia de canonización de Juan Diego.
Con gran gozo he peregrinado hasta esta Basílica de Guadalupe (...) para proclamar la santidad de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, dijo el Papa, quien sufre de la enfermedad de Parkinson y de dolores por una artritis.
Declaramos y definimos santo al beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin y lo inscribimos en el tratado de los santos, agregó luego entre los aplausos de la multitud en el templo.
En seguida, un grupo de danzantes con coloridas plumas y atuendos indígenas a la usanza de guerreros mexicanos bailó frente al Papa, mientras otros soplaron conchas marinas y tocaron instrumentos precolombinos.
Es necesario apoyar hoy a los indígenas en sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico, dijo el Papa. México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan a México.
En México, donde viven 102 millones de personas, se estima que un 10% de la población es indígena y se concentra en los empobrecidos estados del sur del país, que históricamente siempre han sido marginados del desarrollo.
Con su canonización, Juan Diego, a quien según los católicos se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531, se convirtió en el primer santo indígena de América.
Sin Juan Diego, la iglesia católica tal vez no hubiera podido atraer a millones de indígenas en México hacia la fe de los conquistadores españoles representada por la Virgen de Guadalupe, por mucho, el mayor ícono católico del país.
