El papa Benedicto XVI aseguró ayer que entre la fe y la ciencia “no hay oposición”, que la fe y la razón “no se excluyen, sino que se armonizan y complementan”, y que estudiando las leyes de la materia se puede llegar “por analogía” al autor de la Creación, Dios.
El Pontífice así lo manifestó ante unas 30 mil personas que asistieron a la plaza de San Pedro a la audiencia pública de los miércoles, en la que también volvió a exigir el respeto a la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
El Obispo de Roma dedicó la audiencia a la figura de San Alberto Magno, nacido en Alemania a comienzos del siglo XIII, uno de los grandes maestros de la Escolástica, profesor de Santo Tomás de Aquino y doctor de la Iglesia, de quien resaltó su “prodigiosa cultura” en numerosos ámbitos del saber, desde la teología hasta las ciencias naturales y el haber esclarecido la doctrina de Tomás de Aquino ante algunas objeciones a las mismas.
