El papa Benedicto XVI instó ayer a los católicos del mundo a ser constantes y a no contentarse con una pertenencia “superficial” a la fe católica, a pesar de que la enseñanza de Jesús pueda ser, en ocasiones, “dura”.
“Jesús no se conforma con una pertenencia superficial y formal, no le es suficiente una primera y entusiasta adhesión; es necesario, al contrario, participar durante toda la vida de su pensar y su querer”, afirmó el Pontífice durante su habitual rezo del Ángelus dominical desde la residencia de verano de Castel Gandolfo, próxima a Roma. “Seguirle (a Jesús) llena el corazón de alegría y da sentido pleno a nuestra existencia, pero comporta dificultades y renuncias porque muy a menudo se tiene que ir contracorriente”, añadió.
Benedicto XVI, quien apareció por primera vez sin la férula que cubría su muñeca derecha tras la caída del pasado 17 de julio y que bromeó sobre el hecho de que su mano aún esté un poco “vaga”, pidió a los católicos que sigan fieles a la fe, que “es una dócil escucha de la palabra del Señor, que es la lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino”.
“También hoy, no pocos se quedan escandalizados ante la paradoja de la fe cristiana. La enseñanza de Jesús parece dura, demasiado difícil para asumirla y ponerla en práctica.
Hay por tanto quien la rechaza y abandona a Cristo; hay quien intenta adaptar la palabra a las modas de los tiempos, desnaturalizando su sentido y valor”, incidió.
El obispo de Roma envió un “cordial” saludo a quienes participan desde ayer en la trigésima edición del “Encuentro para la amistad entre los pueblos”, que se celebra en la localidad de Rimini (centro oriental de Italia) y que lleva por lema este año “El conocimiento es siempre un acontecimiento”. Ya en español, Benedicto XVI se dirigió a los fieles de habla hispana y “en particular” a las religiosas Mercedarias del Santísimo Sacramento, para pedir que renueven su “entrega a Cristo”.
En tanto, el presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes, Antonio María Vegli, expresó ayer su “dolor” por las continuas muertes de indocumentados en el mar, al tiempo que recordó que todo inmigrante es una persona con unos derechos que deben ser respetados en cualquier situación. “Nuestro Consejo Pontificio siente dolor por las tragedias”.
