BRINDISI, Italia/ANSA. El papa Benedicto XVI, tras la rehabilitación de la misa tridentina en latín, volvió a otra vieja costumbre litúrgica distribuyendo la comunión a los fieles arrodillados sobre un reclinatorio.
El retorno a esa práctica, en desuso desde hace unos 40 años, tuvo lugar durante una misa al aire libre celebrada por el Pontífice en Bríndisi, en el sur de la península italiana ante unas 70 mil personas.
Tras la reforma de la liturgia (Concilio Vaticano II, 1962-1965), los fieles recibían la hostia de pie y en las manos, antes de llevarla por su cuenta a la boca.