Rocío Arias, ex representante ante la Cámara, aceptó que se dejó "seducir por el discurso" de uno de los principales ex jefes paramilitares que la apoyó para llegar al congreso colombiano. "Yo me dejé seducir por el discurso de (Ernesto Báez), y me dejé atraer de la posibilidad de la reconciliación de las comunas de Medellín", la segunda ciudad del país a unos 250 kilómetros al noroeste de Bogotá.
La declaración de Arias se produjo el jueves en el programa "La Noche del Canal", de televisión RCN, que emitió avances de la entrevista.
Aseguró que se había hecho elegir miembro de la Comisión de Paz del Congreso, "precisamente para acudir a un compromiso que hice con Báez, que era traerlo al Congreso de la República, que era una obsesión que este tenía".
Báez, cuyo verdadero nombre es Iván Roberto Duque, fue uno de los voceros más aguerridos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) durante las negociaciones de paz con el gobierno del presidente Álvaro Uribe.
También fue comandante de las tropas ilegales Cacique Nutibara que delinquían en el área de Medellín.
Arias aceptó ser parte del 30% de congresistas del que hablaba el paramilitar Salvatore Mancuso, que eran una cuota de las AUC en el Parlamento colombiano. "Tengo que decir que él (Mancuso) tenía razón y que la sigue teniendo", señaló.
Explicó que este otro ex jefe paramilitar tenía "datos y sabía que había algunas personas importantes ahí en el congreso que tuvieron acercamientos o simpatías con las Autodefensas".
Arias pertenecía al partido Colombia Democrática que apoyaba el presidente Uribe, pero fue expulsada de la colectividad cuando se comprobó de sus vínculos con esos grupos al margen de la ley.
Junto con la ex senadora Eleonora Pineda, enviada el jueves al penal de mujeres "El buen pastor" en Bogotá, Arias se destacó como defensora del proceso de paz entre el gobierno de Uribe y las AUC.

