LUANDA, Angola (AFP). El Ejército angoleño pidió ayer a la guerrilla de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) que entregue las armas, tras la muerte el 22 de febrero de su jefe, Jonas Savimbi.
El final de la guerra está cerca y solo depende de los jefes militares próximos a Jonas Savimbi que tienen que entregar las armas, declaró el jefe del Estado Mayor adjunto del Ejército, general Geraldo Sachipengo, alias Nunda, a la Televisión Pública Angoleña (TPA).
Savimbi era el único en tener contactos con el extranjero, el único en tener el dinero del movimiento, explicó. Por eso, con su muerte, estamos a un 90% cerca de la paz, agregó el militar.
La muerte de Savimbi hizo renacer las esperanzas de paz en ese país afectado por la guerra civil desde hace 25 años. Pero desde el 22 de febrero, los ataques sangrientos de los rebeldes no cesaron y el representante en Francia de la UNITA, Georges Sanguende, alias Marcelino, declaró ayer que la guerrilla continuará luchando.
Desde su punto de vista, el estado mayor militar y político de la UNITA sigue intacto, mientras la radio angoleña Ecclésia anunció que el vicepresidente de la UNITA, general Antonio Dembo, el sucesor potencial de Savimbi, también habría fallecido en una emboscada.