Seis médicos van a emprender acciones legales para la reapertura del caso de David Kelly, el experto en armas que se suicidó en 2003 tras acusar al Gobierno del Reino Unido de manipular datos para justificar la guerra en Irak.
Según informan ayer sábado los medios británicos, los litigantes consideran que no existen suficientes pruebas para demostrar que Kelly se quitó la vida.
“El suicido no se presume, hay que probarlo”, afirmó el abogado Michael Powers, ex ayudante de juez forense, uno de los seis doctores que quieren que se reabra el caso.
Los otros cinco profesionales que apoyan la iniciativa son David Halpin (cirujano), Andrew Rouse (epidemiólogo), Martin Birnstingl (cirujano), Stephen Frost (radiólogo) y Chris Burns-Cox (especialista en medicina general interna).
El grupo ha dado instrucciones al bufete de abogados Leigh and Co., que instará a la fiscal general del Estado, la baronesa Scotland, a trasladar el caso al Tribunal Superior de Londres.
Kelly, experto en armas del Ministerio de Defensa, falleció el 17 de julio de 2003 a los 59 años, tras divulgarse su nombre como fuente de una polémica noticia de la BBC que acusó al Ejecutivo británico de exagerar pruebas para justificar la invasión de Irak
La investigación oficial, dirigida por el juez Brian Hutton, concluyó en enero de 2004 que “el doctor Kelly se quitó la vida”, exoneró al Gobierno del Tony Blair y calificó de infundadas la noticia de la BBC.
Según el magistrado, “la principal causa de la muerte fue el desangramiento provocado por la heridas incisivas en la muñeca izquierda que el doctor Kelly se infligió con un cuchillo hallado cerca de su cuerpo”.
Sin embargo, Powers duda de ese veredicto: “Dadas las pruebas que tenemos sobre las circunstancias de su muerte, en particular el aspecto de la hemorragia, no creemos que haya evidencias suficientes para probar, fuera de toda duda razonable, que él se suicidara”.
