En el primer aniversario del "alto el fuego permanente" que ETA declaró el 22 de marzo de 2006 y que rompió nueve meses después con un atentado contra el aeropuerto de Madrid en el que murieron dos ecuatorianos, el Gobierno español señaló ayer que actualmente no hay contacto alguno con el grupo armado vasco, una afirmación que la oposición pone en duda.
El portavoz del Ejecutivo, Fernando Moraleda, fue tajante al manifestar ayer que desde aquel atentado no hay ningún cauce de comunicación con ETA. "Cuando el proceso se rompe, se rompe el diálogo", dijo. "En esa situación estamos, no ha cambiado".
Y respecto a la posibilidad, muy rumoreada estos días, de que el grupo armado haga alguna declaración pública alusiva al aniversario, el secretario de Estado de Comunicación dijo que el único comunicado que espera el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es aquel en el que ETA anuncie "el abandono definitivo de la violencia".
Aparte de que esto resulta a estas alturas utópico, el balance del año transcurrido desde el anuncio de cese el fuego no es menos desalentador: el Gobierno y la oposición están más enfrentados que nunca por la política antiterrorista, el terrorismo vuelve a ser la primera preocupación de los ciudadanos y nadie descarta que ETA ataque nuevamente.

