El Parlamento portugués aprobó ayer viernes la ley del Gobierno socialista para legalizar los matrimonios del mismo sexo, un acontecimiento que el primer ministro José Sócrates calificó de un paso histórico en la lucha contra la discriminación en el país.
El gobierno de Sócrates, en minoría, logró la aprobación de la norma con el apoyo de los partidos de izquierdas, mientras que se rechazó la propuesta alternativa de la oposición de centro-derecha de uniones civiles y un referéndum sobre el asunto.
“Es un pequeño cambio en la ley, pero un paso muy importante y simbólico para actualizar totalmente los valores que son los cimientos de las sociedades abiertas, tolerantes y democráticas: la libertad, la igualdad y la no discriminación”, declaró el primer ministro al Parlamento antes de la votación.
La ley otorga a los matrimonios homosexuales los mismos derechos que los heterosexuales, en asuntos como impuestos, herencias y vivienda, pero no ofrece el derecho a adoptar niños.
“La cultura milenaria define el matrimonio como un contrato entre un hombre y una mujer. Cambiar este concepto de lo que es una familia puede tener consecuencias muy graves en el futuro”, dijo el obispo Dom Jose Policarpo, cardenal patriarca de Lisboa.
La norma ahora tiene que ser ratificada por el presidente conservador, Anibal Cavaco Silva.
