El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó su preocupación sobre los casi 3 mil 500 iraníes disidentes que viven exiliados en Irak y son considerados como terroristas por el gobierno de Bagdad, que desea expulsarlos.
Los iraníes, entre los que se cuentan miembros de la oposición exiliada Organización de los Mujaidines del Pueblo de Irán, han estado alojados por dos décadas en el Campo Ashraf, 70 kilómetros al norte de Bagdad.
Las fuerzas estadounidenses han protegido a los exiliados desde 2003, pero el Gobierno iraquí los considera como miembros de un grupo terrorista y los quiere fuera de Irak, pese a que ha dicho que no los obligaría a regresar a Irán.
Ban citó una carta entregada la semana pasada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas dirigida al Gobierno iraquí.
