Las autoridades electorales comenzaron a distribuir este jueves las urnas, con asistencia de la ONU, para la segunda ronda de los comicios presidenciales del 7 de noviembre.
Los supervisores electorales internacionales pidieron a las autoridades que impidan el fraude generalizado ocurrido en la ronda de agosto. Centenares de empleados electorales acusados de irregularidades fueron despedidos y reemplazados por personal nuevo. El presidente Hamid Karzai se enfrentará con su ex canciller Abdullah Abdullah.
El miércoles, Abdullah anunció que se presentará a los comicios, al día siguiente de hacerlo Karzai ante la intensa presión de Estados Unidos y reconocer que no alcanzó el 50% necesario para obtener la victoria en las elecciones del 20 de agosto.
Los auditores respaldados por la ONU anularon casi un tercio de los votos de Karzai debido al fraude.
En Washington, las autoridades estadounidenses dijeron que los acuerdos entre Karzai y Abdullah para evitar una segunda ronda siguen siendo posible, aunque la decisión dependerá de los afganos.
Organizar los comicios en poco más de dos semanas plantea un gran desafío.
Los preparativos tienen lugar en medio de un resurgimiento del Talibán y el invierno afgano, que comienza en gran parte del país a mediados de noviembre con copiosas nevadas. Los aviones de la ONU brindaron apoyo logístico a la Comisión Electoral Independiente, y transportaron urnas y otros pertrechos a la capitales provinciales, desde donde serán repartidas a miles de colegios electorales por camión, helicóptero y a lomos de burros, dijo el vocero de la ONU Dan McNorton.
La comisión está dominada por los partidarios de Karzai y muy presionada para que evite una repetición de lo ocurrido en los comicios de agosto, que desacreditaron al gobierno y amenazaron con minar el respaldo público a la guerra tanto en EU como Europa.
