WASHINGTON, DC (EFE). El Gobierno de George W. Bush indicó ayer, lunes, que no recibió planes específicos de su antecesor, el mandatario Bill Clinton, para la eliminación de la red Al Qaida, y defendió su propia evaluación y acciones contra el terrorismo.
La revista Time, en un extenso artículo publicado esta semana, sostuvo que los asesores del presidente Clinton informaron a los futuros funcionarios del gobierno de Bush, sobre el peligro que presentaba Al Qaida, y comunicaron planes específicos para contrarrestar esa amenaza. El artículo concluye que los expertos en seguridad y asuntos militares del gobierno Bush se tomaron ocho meses para su propia evaluación del problema, y llegaron a un plan de acción contra Al Qaida pocos días antes de los ataques terroristas en Nueva York, Virginia y Pennsylvania.
La administración Clinton no presentó un nuevo plan agresivo para el derrocamiento de Al Qaida durante la transición, entre diciembre del 2000 y enero del 2001, afirmó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Sean McCormack. .
Se nos informó sobre la amenaza de Al Qaida y qué hacía la administración Clinton al respecto, agregó. Esos esfuerzos contra Al Qaida se continuaron en la administración Bush. De acuerdo con Time, el jefe de actividades contra el terrorismo en la administración Clinton, Richard Clarke, comunicó a la futura consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, propuestas específicas de acciones contra Al Qaida.
Estas incluían la captura de cabecillas del grupo, el desbaratar sus finanzas, el apoyo a los países que luchaban contra grupos vinculados a Al Qaida, y acciones clandestinas de fuerzas especiales estadounidenses en Afganistán.
Clarke, quien ha permanecido en la administración Bush, también propuso un incremento del apoyo estadounidense a la Alianza del Norte -milicias opuestas al régimen Talibán de Afganistán- y la realización de ataques con misiles o aviones sobre los campamentos de Al Qaida. Un funcionario de la Casa Blanca sostuvo que todo lo que los expertos del gobierno Clinton presentaron a sus sucesores fueron algunas ideas para contrarrestar la amenaza de Al Qaida hasta eliminarla.
Esos planes, según la revista, fueron transmitidos a la administración Bush en enero de 2001, pero quedaron atascados en el proceso de revisión que emprendió el nuevo equipo gubernamental y que llegó a una decisión recién a comienzos de septiembre.
El plan principal comprendía un ataque directo contra Osama bin Laden y los campos de Al Qaida en Afganistán, junto con el respaldo a las milicias afganas adversas a los talibanes.
También, el ataque a los mecanismos de financiación del terrorismo internacional, y el respaldo a países como Filipinas o Yemen, que se enfrentaban a actividades terroristas supuestamente vinculadas a Al Qaida. La razón principal por la cual el gobierno Clinton no emprendió, a fines del 2000, las acciones recomendadas por sus expertos militares y de inteligencia, fue porque implicaría una guerra y no se creyó conveniente darle ese escenario a un mandato que iba a estrenarse.

