LONDRES, Reino Unido/DPALos titulares de los periódicos británicos parecen todos escritos por la misma persona: “Me llamo Maddy”, encabezan el Daily Mirror, el Sun, el Daily Mail y otros, que detallan tal cantidad de desatinos en las actas policiales portuguesas sobre el caso de la niña Madeleine, que hacen que la crítica sea implacable.
El dato que más llama la atención es el descubrimiento de una testigo ocultada no solo a la opinión pública sino incluso a los padres. Solo tres días después de la desaparición de Maddy el 3 de mayo de 2007, la mujer afirma que una niña le pidió ayuda en una tienda de Amsterdam.
La pequeña se parecía mucho a la desaparecida y en inglés sin acento le dijo a la vendedora Ana Stam, de 41 años: “Me llamo Maddy”. Luego le preguntó dónde estaba su madre y cuando Stam le respondió que estaba allí en el negocio de artículos para fiestas, la niña le dijo que no, que esa era una extraña y que la habían arrancado de su lado.
Las actas hechas públicas el lunes incluyen más de 30 mil páginas de la investigación más amplia y cara de la historia policial portuguesa. Al parecer esconden tanto potencial explosivo que el caso Madeleine seguramente sacudirá a la opinión pública aun durante meses.
Los padres de la niña, los médicos Kate y Gerry McCann, levantan graves acusaciones contra los investigadores, por supuestamente haberse guardado para sí indicios clave en las primeras semanas tras la desaparición de la pequeña de la casa en la que pasaban sus vacaciones en el Algarve y que creen que hubiesen sido decisivos en su búsqueda.
“¿Pudo ocurrir por incompetencia, negligencia o acaso a propósito? “El portavoz de los McCann, el experimentado periodista televisivo Clarence Mitchell, pide una respuesta. En su opinión es “trágico” e “indescriptiblemente frustrante” que los padres de Maddy se enteren de información importante 15 meses después de su desaparición.
La tienda “Ballonnerie De Ballondrukkerij”, en Amsterdam, cuya vendedora dijo el 18 de junio de 2007 haber visto a una niña “que se parecía mucho a Madeleine”, es ahora uno de los muchos indicios que siguen los detectives contratados por los padres.
