La Iglesia católica de Nicaragua y organismos de derechos humanos pidieron ayer al gobierno de Daniel Ortega cesar la “manipulación religiosa” de personas contratadas para “rezar contra el odio” en puntos céntricos de Managua.
Los llamados “rezadores”, que portan carteles con consignas del Gobierno, permanecen desde el año pasado en grupos de 15 ó 20 en cada una de las nueve rotondas capitalinas, desde donde impiden a la oposición realizar manifestaciones callejeras.
La presencia de esas personas “nunca fue vista como una manifestación religiosa, sino como una postura ideológica y política”, declaró al matutino El Nuevo Diario el sacerdote Rolando Álvarez, vocero de la Curia Arzobispal de Managua.
Álvarez pidió a quienes contrataron a los llamados “rezadores de las rotondas” que “den la cara, atiendan sus demandas y que de una vez por todas cese el irrespeto a la dignidad humana de esas personas”.
Varios grupos de los “rezadores” se sublevaron la semana pasada, deunciando que no reciben el pago y beneficios prometidos por permanecer en las rotondas en turnos de varias horas por día. Según la prensa, quienes reclutan a los “rezadores” trabajarían con la primera dama, Rosario Murillo.
La Iglesia condena “la manipulación religiosa con las imágenes del catolicismo”, dijo el vocero de la Curia, al rechazar también la colocación de figuras de la virgen María en puntos transitados de la capital.
“La única tristeza que tenemos es ver cómo se juega con el hambre de la gente”.
