Llegaron durante una hora pico de ventas usando ropa de mujer. En la noche del jueves se produjo en París uno de los robos de joyas más espectaculares de la historia: según la Justicia francesa, el valor del botín es de alrededor de 100 millones de dólares.
Es probable que algunas de las joyas robadas pasen a embellecer los escotes navideños de adineradas mujeres rusas. Quienes están a cargo de la investigación estiman que el mejor lugar para disimular el valor de las piezas será efectivamente “el este”.
Al parecer, los ladrones eran “verdaderos expertos”, señaló la portavoz del departamento de Justicia.
La lujosa joyería Harry Winston está ubicada en la Avenida Montaigne, donde hace sus compras la creme de la creme. Entre sus clientes figuran la reina Isabel de Inglaterra y estrellas del mundo del espectáculo como Madonna, Gwyneth Paltrow y Scarlett Johansson.
El jueves por la noche ingresaron en el local tres hombres armados, que incluso llevaban peluca de mujer. Se sospecha que un cuarto involucrado se encargó de liberar el camino de huida de la banda.
Los asaltantes amenazaron a los 15 empleados y al personal de seguridad y los obligaron a dirigirse a un rincón de la tienda. Muchos de ellos fueron golpeados con la culata de las armas, pero no hubo disparos.
“Los asaltantes estaban excelentemente preparados”, señaló la portavoz de Justicia. “Sabían el nombre de algunos de los empleados” y al parecer también sabían dónde estaban las piezas más valiosas. En un lapso muy breve vaciaron el local.
La joyería se hizo famosa, entre otras cosas, por el anillo de compromiso que Aristóteles Onassis le regaló a Jacqueline Kennedy con el diamante conocido como “Lesotho III”. Asimismo, diseñó el tocado que llevó la emperatriz Farah Diba en su casamiento con el shah Mohamed Reza de Irán.
El mayor robo de joyas de todo Europa, fue en la localidad belga de Amberes en 2003. En dicha oportunidad, los asaltantes se llevaron diamantes y papeles con valor de 126 millones de dólares.