Decenas de miles de seguidores de la candidata socialista francesa Segolene Royal se reunieron ayer en un estadio de París para su última concentración importante antes de la elección presidencial del domingo.
El mitin, combinado con un concierto en el feriado del 1 de mayo, tenía la intención de impulsar el apoyo a Royal un día antes de un debate televisivo potencialmente decisivo con su rival de derecha, Nicolas Sarkozy.
Sarkozy, una figura odiada por muchos en la izquierda, causa disgusto particularmente por su respuesta intransigente a los disturbios de los suburbios pobres y multiétnicos de Francia en 2005.
"Soy una persona joven de los suburbios y estoy orgulloso de ello, y también somos parte de Francia", dijo el cantante de rap Disiz La Peste, a una multitud que ondeaba banderas, globos y carteles bajo el brillante sol.
Los organizadores informaron que 40 mil personas llenaron el Stade Charlety al sur de París y que debieron rechazar a miles más.
Hubo aclamaciones particularmente fuertes a las referencias por parte de los artistas a las revueltas estudiantiles de mayo de 1968, consideradas momentos cruciales en la historia de la izquierda de Francia y que el domingo Sarkozy condenó explícitamente en una concentración propia.
Desde principios de año, Sarkozy ha mantenido un liderazgo consistente en las encuestas de opinión y, con los últimos sondeos que le dan una ventaja de entre cuatro y seis puntos, Royal realmente necesita un refuerzo.
Royal busca retratar a su oponente como un autoritario peligroso y ha estado contando con la preocupación que tienen muchos votantes acerca del combativo ex ministro del Interior, para construir un impulso anti Sarkozy.
La socialista intenta atraer el apoyo de las aproximadamente 7 millones de personas que en la primera ronda de la elección presidencial, el 22 de abril, votaron por François Bayrou. Pero ello ha puesto en riesgo el apoyo de la izquierda.
El ánimo del martes era resueltamente optimista, a tono con el clima soleado y la música. Pero muchos socialistas son menos entusiastas respecto de Royal, quien ha enfrentado constantes cuestio- namientos sobre su competencia. "Estoy un poco preocupado porque, no estoy seguro del resultado de la votación del domingo", dijo Yves Jeanne, un vendedor de 57 años.
"Hay algunas cosas de su campaña que no me gustaron. Creo que su programa no es lo suficientemente socialista".

