Rusia presentó ayer un nuevo sistema de defensa aérea que sus diseñadores dicen que se utilizará como base para una nueva generación de armas para interceptar misiles.
Las cadenas de televisión rusas dieron amplia cobertura al despliegue del sistema de defensa aérea S–400, una versión moderna de la unidad de misiles tierra–aire de la época soviética.
"La efectividad real de este complejo es su habilidad para destruir objetivos balísticos, misiles balísticos y objetivos aerodinámicos", dijo Vadim Volkovitsky, vicecomandante de la Fuerza Aérea al mando de la defensa antiaérea, al canal de televisión NTV.
"Así que no hará solo funciones de defensa aérea, sino también de defensa antimisiles", agregó.
Rusia ha estado discutiendo con Estados Unidos por los planes de Washington de desplegar un escudo de defensa antimisiles en Polonia y República Checa.
Estados Unidos dice que el escudo pretende defenderse contra los misiles de "estados enemigos" como Irán y Corea del Norte y que no iba contra el enorme arsenal nuclear de Rusia. Pero el presidente Vladimir Putin dice que el escudo podría dañar los intereses de su país, y los generales rusos han afirmado que Moscú desplegará su propia defensa antimisiles en respuesta.
El diario Vremya Novostei informó que el S–400 será utilizado como la base para el sistema de defensa antimisiles ruso.
Los diseñadores del S–400 Triumf dijeron que ya estaban trabajando en un sistema defensivo antimisiles móvil. Los sistemas S–400 tienen un alcance de 400 kilómetros y pueden destruir objetivos que viajan hasta 5 kilómetros por segundo, incluido un avión y misiles balísticos de medio alcance, aunque no los intercontinentales, que viajan demasiado rápido.

