La conferencia extraordinaria del Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE, por sus siglas en inglés) convocada por Rusia, finalizó ayer en Viena sin resultados y entre mutuas acusaciones de los delegados de la OTAN y Moscú por el fracaso de la reunión de cuatro días entre los 30 países firmantes.
Rusia convocó hace dos semanas esta conferencia para introducir modificaciones en el CFE, que amenaza con abandonar en represalia al sistema antimisiles que Estados Unidos planea instalar en Europa Oriental. La reforma del CFE se ha convertido en otro punto de tensión en las relaciones de Rusia con Estados Unidos. El desacuerdo se debe a la insistencia de la OTAN en ratificar una nueva versión del tratado sólo si Rusia cumple con los llamados compromisos de Estambul de 1999 y retira sus tropas y armamentos de Georgia y la república separatista moldava de Transdnestr. Rusia insiste por su parte en haber cumplido todas sus obligaciones pertinentes al CFE.
El jefe de la delegación rusa, Anatoli Antonov, rechazó, sin embargo, hablar de un "fracaso de la conferencia".
