BOGOTÁ, Colombia /DPADos hombres, padre e hijo, armados con granadas, secuestraron ayer un avión comercial de la empresa Aires que cubría la ruta entre la ciudad colombiana de Florencia y Bogotá con 25 personas a bordo, y tras casi seis horas se entregaron a las autoridades minutos después de liberar a todos sus rehenes.
Los secuestradores pedían el pago de una indemnización por un disparo de agentes de la Policía que dejó al mayor de los hombres en silla de ruedas en 1991 y que un alto tribunal rechazó recientemente.
LA NEGOCIACIÓN
Tras aterrizar, los secuestradores liberaron a nueve personas (todas las mujeres y los niños que viajaban en el avión), y mantuvieron negociaciones secretas con las autoridades.
Después, los secuestradores liberaron a otros seis hombres y a toda la tripulación, quedándose en la aeronave con el equipo negociador.
Los dos hombres desviaron el aparato de su ruta original, que incluía una escala en la ciudad de Neiva, departamento de Huila, y exigían la mediación de la Iglesia católica, un fiscal y dos congresistas (uno opositor y otro oficialista).
Entre los secuestrados se encontraban los congresistas liberales (opositores) Luis Serrano y Reinaldo Duque -secretario de la Cámara de Representantes-, así como la gerente de Aires, Liliana Díaz.
El comandante operativo de la Policía, general Alberto Ruiz, indicó que los secuestradores obligaron al piloto a aterrizar en un aeropuerto militar del norte Bogotá, una hora y media después del despegue.
El avión fue rodeado por la Fuerza Pública, y el piloto dialogó con bomberos que aguardaban por el aterrizaje. Los dos secuestradores permanecieron en la cabina dialogando con el sacerdote y un fiscal.
Los secuestradores bajaron del avión y fueron conducidos, con la comisión negociadora, a las salas de pasajeros del aeropuerto militar en el que aterrizaron. Ahora se entrevistarán con el fiscal general colombiano, Mario Iguarán, para formalizar acuerdos de tipo jurídico.
