BELGRADO, Yugoslavia (EFE). El Representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Javier Solana, volvió a viajar este lunes a Belgrado, para evaluar los resultados de su visita del mes pasado, cuando inició su misión para convencer a los montenegrinos de que no se salgan de Yugoslavia.
Montenegro, república yugoslava de 640 mil habitantes, quiere separarse de Serbia, de 10 millones, mediante un referéndum de autodeterminación que convocará para la próxima primavera, pero la UE quiere que la Federación yugoslava siga unida.
Las autoridades federales y las de Serbia y Montenegro se reunieron este lunes con Solana, que ya ha iniciado su entrevista con el presidente federal, Vojislav Kostunica.
La visita de Solana sucede a la que el presidente francés, Jacques Chirac, hizo hace 10 días con el mismo fin de preservar esta miniyugoslavia, residuo de la Federación socialista anterior de la que se separaron Bosnia, Croacia, Eslovenia y Macedonia.
El diálogo quedó estancado tras la reunión del pasado 27 de octubre en Belgrado cuando el presidente secesionista montenegrino, Milo Djukanovic, desistió de seguir negociando con los serbios si no se le reconocía derecho a ejército, política exterior y sistema monetario.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE pidieron a las autoridades serbias y montenegrinas que negocien democrática y constructivamente unas reformas constitucionales aceptables para todos.
Pero Djukanovic insiste en un Montenegro internacionalmente reconocido y con un asiento en la ONU, aunque no descarta una confederación con Serbia una vez que sea independiente.
Solana no desempeñará el papel de árbitro, aseguró Djukanovic a la cadena de televisión BK.