Unidades del ejército sirio se han enfrentado entre sí luego de poner en entredicho si deben obedecer las órdenes del presidente Bashar Assad para reprimir a los manifestantes en la sureña ciudad de Deraa, el corazón de la revuelta popular, dijeron ayer testigos y grupos de derechos humanos.
Más de 500 personas han muerto en toda Siria —cerca de 100 solo en Deraa— desde que comenzó la revuelta popular contra Assad a mediados de marzo, según organizaciones humanitarias.
Aunque las luchas internas de militares en Deraa no indican una división decisiva en las filas de las fuerzas armadas, son significativas porque el ejército de Assad siempre ha sido visto como un bastión de apoyo al régimen.
El ejército sirio niega que sufra divisiones internas.
Ayer jueves, más soldados en vehículos blindados de transporte acudieron a Deraa, donde los residentes se refugiaron en sus casas.
Ausama Monajed, un portavoz de un grupo de figuras de la oposición en Siria y en el extranjero, dijo que los enfrentamientos entre los soldados se han producido desde que Assad envió al ejército a Deraa el lunes. El despliegue fue una clara escalada en la represión contra los sublevados.
En un nuevo golpe al presidente Bashar Assad, más de 200 miembros del partido gobernante Baath dimitieron en Deraa en protesta por la brutal ofensiva del presidente Bashar Assad en contra de sus opositores, dijo un activista de derechos humanos.