SYDNEY, Australia (Servicios internacionales). La crisis por los incendios de bosques en Australia habría quedado atrás luego de las lluvias torrenciales que cayeron ayer miércoles en los alrededores de Sydney, según la apreciación del jefe de bomberos a cargo del operativo, Phil Koperberg.
Es claro que el clima por fin jugó a nuestro favor, declaró ayer miércoles Koperberg, según reportes de medios locales. Los fuertes vientos y las copiosas precipitaciones de la noche anterior y la madrugada en el estado de Nueva Gales del Sur contribuyeron a apagar numerosos focos de incendios. El fuego se inició hace ya tres semanas.
El jefe de bomberos advirtió, sin embargo, que la situación debe ser cuidadosamente observada, para evitar que aparezcan nuevos focos.
Las lluvias alcanzaron hasta 40 milímetros en Shoalhaven, al sur de Sydney, una de las zonas más castigados por las llamas, y motivaron que las autoridades dieran un alerta ante la posibilidad de que se produzcan inundaciones en el estado.
La costa sur, la región montañosa del sur y la zona al oeste de Sydney, en el estado de Nueva Gales del Sur, resultaron las más afectadas por las precipitaciones.
Treinta y cinco turistas debieron ser evacuados de un camping en una playa por el riesgo de inundaciones, mientras que el fuerte viento y la lluvia dañaron casas y derrumbaron árboles y postes de suministro eléctrico.
Por su parte, el vocero del cuerpo de bomberos rurales, Cameron Wade, reconoció que las recientes lluvias ayudaron a apaciguar muchos focos, pero agregó que sería prematuro declarar el fin de la situación de emergencia.
Es necesario puntualizar que la lluvia no extingue los incendios, explicó el portavoz de bomberos.
