Por segunda vez en menos de dos meses, el transporte público en la capital de Nicaragua amaneció ayer totalmente paralizado a causa de una huelga de empresarios de autobuses que exigen al gobierno un subsidio de 4.8 millones de dólares, informaron fuentes del sector.
Rafael Quinto, presidente de la Unión Regional de Cooperativas de Transporte Colectivo (Urecotraco), dijo a periodistas que las 950 unidades de transporte colectivo que circulan en Managua fueron estacionadas en las principales avenidas y carreteras de acceso a la ciudad, y permanecerán allí hasta lograr una negociación con las autoridades.
La huelga afecta a millares de capitalinos que ayer se vieron obligados a caminar largas distancias hacia sus centros de trabajo y de estudio, o bien a recurrir al servicio de taxis que, aprovechando la situación, han duplicado sus tarifas.
Quinto acusó al presidente Enrique Bolaños y al Parlamento de haber demorado la aprobación de una ley negociada en febrero pasado para aplicar un impuesto temporal del 3% a las empresas petroleras que operan en el país, a fin de obtener un fondo de subsidio a los empresarios del transporte público para hacer frente a las alzas del combustible.
La semana pasada, el Ejecutivo envió al Congreso con carácter de urgencia dos proyectos de ley, uno de los cuales plantea traspasar al Ministerio del Trabajo la empresa administradora del transporte público en la capital, adscrita actualmente a la Alcaldía de Managua.
La segunda iniciativa propone otorgar a los transportistas un subsidio equivalente a casi un millón de dólares mediante una línea de crédito a las petroleras, según se ha informado públicamente.
El acuerdo de conceder un subsidio mediante un impuesto a las utilidades de las transnacionales petroleras había sido firmado a mediados de febrero último, tras una huelga total de ocho días, entre los transportistas, el alcalde sandinista de Managua, Dionisio Marenco, y el Frente Sandinista, pero no prosperó en el Parlamento debido a la oposición del Partido Liberal.
Ante esa situación, la Urecotraco realizó el mes pasado una huelga parcial suspendiendo la circulación de 450 unidades de autobuses en la capital, sin lograr una respuesta a sus reclamos. Ayer el presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, urgió la Asamblea Nacional a aprobar dos leyes relativas al transporte colectivo para poner fin a una huelga de los operarios de autobuses urbanos en Managua, la capital.
