"Cuando vemos un tipo con pesadas cadenas de oro, anillo de diamantes, exceso de loción y una mujer divina, acompañados por dos tipos malacarosos y desafiantes, es mejor andar con cuidado para evitar problemas y no exponernos a salir lesionados", dijo Gabriel Díaz junto a su novia en un restaurante de Bogotá.
"En un bar de la Zona Rosa no pude evitar mirar a una mamacita que acompañaba a un tipo de camiseta y jeans con reloj Rolex. De inmediato el lavaperros -guardaespalda y sirviente acompañante-, se me acercó y me amenazó. Muy miedoso tuve que abandonar el lugar", contó Alejandro Estupiñán, después de vivir varias experiencias similares en otros sitios de la capital colombiana.
Estas historias se repiten en la calle de la T aledaña a la Zona Rosa, en Usaquén, el Parque de la 93 o la Zona G, al norte; o en los restaurantes y centros nocturnos del sur y occidente de ciudad, por donde alardean los traquetos con sus pintas extravagantes, actitudes agresivas, camionetas 4x4 ostentosas, mujeres plásticas y guardaespaldas, dispuestos a ejercer el poder del dinero y de las armas.
Son los nuevos ricos producto del narcotráfico, con nexos paramilitares y provenientes de los Llanos Orientales, el Eje Cafetero y el norte del departamento del Valle, quienes con fajos de dinero en efectivo en los bolsillos, se dan el lujo de pagar más de cinco mil dólares por un pantalón o 90 dólares por una langosta importada.
Los mismos personajes a quienes no les tiembla la mano para pagar arriendos de 10 mil dólares, comprar automóviles de 113 mil o apartamentos de millón y medio de dólares.
"Han visto a Bogotá como el escenario propicio para mimetizar su actividad ilegal, al igual que la compra de elementos suntuarios que han venido redundando en el aumento del costo de vida", de acuerdo con una síntesis ejecutiva de inteligencia suministrada por la Policía Metropolitana de Bogotá.
Típicos estilos
La presencia de capitales de dudosa procedencia se ha hecho evidente en la ciudad por la construcción de lujosos edificios con apartamentos cuyos precios superan los 4 millones de dólares; el desfile de carros lujosos, además de la gente con pintas extravagantes que circula por centros comerciales, restaurantes y lugares de rumba en la capital.
"En Bogotá hay gente que está usando abrigos Pierre Cardin con zapatillas. Es un indicio del mal estilo que tienen, pero también de la plata que cargan", advirtió el alcalde de la ciudad, Luis Eduardo Garzón, dos semanas atrás cuando alertó a la ciudadanía sobre la presencia de los traquetos.
Al parecer, la situación se ha generado por el desplazamiento de narcotraficantes provenientes de los Llanos Orientales, Eje Cafetero y el norte del departamento del Valle, apurados por la presión de las autoridades y los enfrentamientos con grupos paramilitares y otras organizaciones narcotraficantes.
Lavado de dinero
Las autoridades han detectado que tales grupos han recurrido a nuevas formas para legalizar sus capitales. Utilizan testaferros pudientes, empresarios con negocios legales a los que les inyectan grandes sumas de dinero. Mediante tales mecanismos, distraen los seguimientos y controles diseñados para establecer si se trata o no de dineros limpios, en opinión de los expertos.
"A diferencia de los antiguos carteles, estos no utilizan la violencia en contra del Estado, apelando a su poder corruptor. También se distinguen por asesorarse de profesionales que le dan un manejo gerencial al negocio", según un análisis de inteligencia de la Policía Metropolitana de Bogotá.
De acuerdo con el mismo estudio, la presencia de desmovilizados de las autodefensas ha acentuado el fenómeno con la creación de las llamadas "oficinas de cobro" que actúan como brazo armado para el ajuste de cuentas, extorsionando importantes sectores económicos de la capital.
Con iguales propósitos recurren a la modalidad del pitufeo o la contratación de personas para que, en las casas de cambio, obtengan pesos por dólares y euros, en cifras no superiores a tres mil, a cambio de 15 dólares por transacción.
CULTURA ‘TRAQUETA’
En días pasados, elcoronel Oscar Naranjo, advirtió en entrevista radial sobre los peligros que representa para la juventud, la presencia de tales personajes en la capital del país.
Según el funcionario, las autoridades empiezan a detectar una competencia entre algunos jóvenes adinerados de la sociedad bogotana y los nuevos ricos, en lo que a mujeres se refiere.
Los traquetos utilizan como herramienta de seducción su dinero, acompañado de una actitud agresiva y desafiante. La misma que, al parecer, están asumiendo los ‘hijos de papi’ o muchachos con dinero bien habido para no quedarse atrás y contar con la compañía de mujeres 90-60-90.
Aunque es muy difícil citar casos concretos, se han encendido las alarmas para evitar que una cultura traqueta haga de las suyas entre los jóvenes .
Frente a semejante panorama, las autoridades en todas las instancias del gobierno distrital y nacional diseñan estrategias con carácter urgente, orientadas a ponerle freno a una situación que podría sumarse a los graves males que aquejan al país.
Nota del editor:Los nombres han sido cambiados por solicitud de los entrevistados.
