Los siete tripulantes rusos atrapados durante tres días en las profundidades del océano Pacífico, fueron rescatados ayer por una embarcación británica que cortó la maraña de cables y redes que sostenían al submarino.
"Hoy fuimos testigos de un acontecimiento afortunado. El intenso trabajo para liberar nuestro submarino de una profundidad de 200 metros tuvo buenos resultados. Nuestros camaradas de tripulación abrieron la escotilla por cuenta propia", afirmó el almirante Viktor Fyodorov, jefe de la Flota del Pacífico rusa.
El minisubmarino ruso volvió a la superficie ayudado por una embarcación británica de rescate y sus siete tripulantes fueron liberados con vida antes de que se acabara el oxígeno.
El rescate del AS-28, una nave que cumple misiones de socorro, fue posible por la ayuda del sumergible británico Scorpio, el que pudo liberar a la nave gracias a sus brazos dirigidos por control remoto, que pueden cortar metales a grandes profundidades.
Buzos estadounidenses también ayudaron en el rescate, mientras embarcaciones japonesas aún permanecían en el lugar. Oficiales dijeron que solo tenían el domingo para concretar el rescate debido al limitado suministro de aire.
