El Departamento de Estado expresó ayer su respaldo al embajador de Estados Unidos en Caracas, William Brownfield, amenazado por el presidente venezolano Hugo Chávez con la expulsión del país por pedir compensación justa en un proyecto de nacionalización.
"El embajador Brownfield va a continuar su trabajo como representante de Estados Unidos en Caracas", dijo el portavoz Sean McCormack. "Nosotros creemos que está haciendo un gran trabajo".
Chávez criticó a Brownfield el jueves luego que el diplomático pidiera una "compensación justa y rápida" a los dueños de la empresa telefónica CANTV si el Gobierno la nacionalizaba, como era la intención del presidente.
"En las cosas de Venezuela usted no tiene que meterse", dijo Chávez, agregando que si continuaba haciéndolo "pudiera ser declarado persona no grata y tendría que abandonar el país".
McCormack dijo a reporteros que comentarios como los de Chávez "usualmente se formulan cuando el Gobierno está tratando de distraer a su propia población o a la comunidad internacional". "No puedo afirmar lo que ha precipitado esos comentarios en este caso en particular", agregó.
"Pero usualmente esta es una táctica vieja apelada para distraer la atención sobre otras cosas que pueden no estar yendo bien en Venezuela".
