El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, el conservador Mariano Rajoy, protagonizaron ayer un duro debate en el Parlamento, preludio de una ya cercana campaña electoral y en el que la principal discrepancia fue la política en torno a ETA.
El debate anual sobre el estado de la Nación, el último de la presente legislatura, fue el escenario de uno de los más ásperos enfrentamientos que ambos dirigentes políticos han protagonizado desde que Zapatero llegó al Gobierno.
Rajoy le sugirió a Rodríguez que su legislatura está agotada y debería de adelantar las elecciones, previstas para marzo de 2008.
El debate fue abierto por el jefe del Ejecutivo con un balance de sus tres años de gestión, que resumió como "una legislatura fértil en resultados para España", a la que ve "mucho más fuerte que en 2004" cuando llegó al poder.
Destacó que el PIB se ha incrementado y que España es ahora el tercer inversor en el extranjero entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Sin embargo, para Rajoy, "el estado de la política del Gobierno se resume en una sola palabra: lamentable".
Esas palabras fueron el anticipo de una serie de críticas y descalificaciones del líder popular al jefe del Ejecutivo, al que acusó de "no saber qué hacer con el Gobierno" y sobre todo "de haber mentido al conjunto de los españoles" con el tema del diálogo con la organización terrorista vasca ETA.
Por ello, Rajoy pidió a Zapatero que, para demostrar que en ese asunto no actuó de mala fe, "haga públicas las actas" de la "negociación" o dimita.
El jefe de la oposición se refería al proceso lanzado por Zapatero hace un año para buscar una salida negociada a la violencia de la banda.
ETA declaró un "alto el fuego permanente" en marzo de 2006, que mantuvo formalmente hasta el pasado 5 de junio cuando anunció su ruptura y la vuelta a las armas "en todos los frentes", aunque de hecho había roto la tregua con el atentado en el aeropuerto madrileño de Barajas cometido el pasado 30 de diciembre, que costó la vida a dos inmigrantes ecuatorianos.
Rajoy, presidente del Partido Popular, centró ayer gran parte de sus ataques al socialista Zapatero en ese tema, que calificó del "fracaso más importante" del jefe del Gobierno.
Zapatero asumió toda la responsabilidad de esa decisión y dijo que será "implacable" en la respuesta a la amenaza que de nuevo ha lanzado ETA a los españoles.

