Al menos 120 agentes de las fuerzas de seguridad sirias murieron ayer en una emboscada en la localidad de Jisr ash Shughur, en el norte del país, donde desde hace tres meses están en curso protestas contra el Gobierno, que habla de un complot y de la presencia de grupos “terroristas”.
La representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, pidió al Gobierno de Siria que detenga la violencia y libere a todos los manifestantes encarcelados. La televisión estatal informó ayer sobre la muerte de 120 agentes, en tanto la oposición sostiene que desde el sábado fueron 37 los civiles que perdieron la vida por actos represivos.
La localidad de Jisr ash Shughur se encontraba asediada por tanques, según testimonios de habitantes. Fuentes de la oposición informaron ayer que el régimen entregó a las familias los cadáveres de 13 civiles de la localidad de Nassib, cerca de Daraa.