Se dificulta la recuperación de cuerpos CUMBAL, Colombia (AP). Equipos de rescate y familiares intentaban este miércoles sortear los más de 4 mil metros de altura del volcán Cumbal para recuperar los cuerpos de los 92 pasajeros que viajaban en un avión que se estrelló en el sitio el pasado lunes.
En una de las primeras acciones exitosas que se conoce, el lugareño José Joaquín López, que ayuda en las labores, pudo bajar bolsas con restos de seis cadáveres, entre estos la cabeza y pedazos del brazo de una joven mujer.
López explicó que todos los restos humanos que se puedan recuperar se llevarán al estadio de la cercana ciudad de Ipiales, donde se adelantarán las tareas de identificación de las víctimas.
El complejo rescate se hace en medio de las densas nubes que cubren la cima del volcán, ubicado en el sur de Colombia, lo que imposibilitó el acceso de helicópteros y obligó a realizar las operaciones de rescate a pie.
Al amanecer hubo una intensa actividad en el improvisado campamento ubicado a 3 mil 800 metros de altitud, donde funcionarios de defensa civil de Colombia y Ecuador, así como familiares, se preparaban para la caminata de más de tres horas hasta los restos del avión de la empresa Tame.
Vamos a subir para ver qué se puede hacer. No creo que encontremos mucho, afirmó Luis Estrada, voluntario de la Defensa Civil colombiana.
Junto a Estrada iba Orlando Pineres, que busca con desesperación a su cuñado José León Medina, un mexicano radicado en Cali, destino final de la aeronave.
Veremos si podemos encontrar el cuerpo o al menos una parte, y quizás un documento de identificación de algún pasajero. Dicen que no hay casi nada allá, reconoció Pineres.
En el lugar del accidente, patrullas del ejército y lugareños que realizaron el martes el hallazgo del Boeing 727-100, reportaron solo la presencia de algunos restos humanos, pedazos de fuselaje y pertenencias de los ocupantes.
Sin embargo, no todos los familiares pueden remontar la cúspide del Cumbal, a unos 4 mil 700 metros de altura.
Yo no pude, intenté hacer todo lo que podía, pero con mucho dolor tuve que bajar, dijo Andrés López, que vino desde Bogotá al saber del accidente en el cual murió su hermano Jaime.

