El largo misterio acerca del futuro político de Fidel Castro ya tiene fecha de resolución: el 24 de febrero, los miembros del Parlamento cubano elegidos en los comicios celebrados ayer, sesionarán por primera vez. En ese encuentro se debería elegir a la nueva cúpula del Gobierno, resolviendo así las dudas sobre el papel que se reserva al convaleciente líder de la revolución cubana.
La primera sesión parlamentaria está prevista para el 24 de febrero, dijo ayer el gobernante interino, Raúl Castro, al emitir a primera hora de la mañana su voto para elegir a los 614 nuevos miembros de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral cubano), para los que hay igual número de candidatos, informaron medios locales.
No caben dudas de que el líder cubano, convaleciente desde hace 17 meses de una enfermedad nunca revelada que el 31 de julio de 2006 le obligó a delegar "provisionalmente" el poder en su hermano Raúl, será elegido ayer una vez más diputado. Esta es condición indispensable para poder formar parte del Consejo de Estado, el máximo órgano de gobierno de la isla que deberá conformarse en la sesión del 24 de febrero, con 31 de los 614 nuevos diputados.
Habrá que esperar por tanto seguramente hasta esa fecha para averiguar si Castro vuelve a optar a la presidencia de este organismo -que le convierte de facto en jefe de Estado y de gobierno- o si se reserva otro papel dentro del Ejecutivo.
Desde que se instauró este sistema en Cuba, en 1976, Fidel Castro ha ocupado de forma ininterrumpida este cargo. Sin embargo, su larga convalecencia, que no tiene visos de finalizar, hace tiempo que levantó grandes dudas acerca de sus planes de futuro.
La incertidumbre se acrecentó esta misma semana, cuando en su último editorial, admitió que todavía no tiene la "capacidad física" para comparecer en público.
De hecho, Castro volvió a votar ayer desde el lugar -secreto- de su convalecencia, informó la televisión cubana, ante la que un conocido presentador leyó una misiva enviada por el líder cubano.
"Hice uso del voto unido por cuestión de conciencia", afirmó Castro. Según el mensaje, Castro votó a primera hora de la mañana.
"He cumplido ya (...) tuve el privilegio de que un miembro electoral de la mesa de mi colegio me visitó, al igual que a otros en mi caso", explicó en referencia a la posibilidad prevista en Cuba de que, en caso de que por alguna incapacidad física el votante no pueda acudir hasta su centro electoral, un miembro de la mesa de su colegio le acerca la boleta hasta el lugar donde se encuentra.
Hace apenas un mes afirmaba en otra misiva que no pretende "aferrarse" al poder, lo que desató una oleada de especulaciones acerca de la posibilidad de un relevo histórico en la cúpula del Gobierno cubano por primera vez en casi medio siglo.
Pero, pese a sus mensajes y artículos de prensa, Castro no ha dicho ni una sola vez que no vaya a continuar la carrera hasta el final, con lo que deja todas las puertas abiertas hasta que se efectúe la votación del Consejo de Estado. VEA 32A

