El islam, la religión que se extiende con más rapidez, continúa siendo una gran desconocida para gran parte de la población de Occidente.
Esta fe, que mueve a más de mil 300 millones de personas en todo el mundo, es a menudo malinterpretada por algunos sectores de las sociedades no musulmanas, que la asocian con la violencia y el extremismo.
El islam es una religión monoteísta basada en el Corán, libro sagrado cuyos fieles creen que fue enviado por Dios (Allah) a través de Mahoma.
Los seguidores del islam, conocidos como musulmanes, creen que Mahoma fue el último profeta enviado por Dios, de una larga lista en la que se incluye a Abraham o Jesús.
De la misma manera que el judaísmo y el cristianismo, el islam se halla clasificado como una religión abrahámica. Con dichas religiones comparte diversos aspectos enmarcados en la creencia, como la devoción de los mismos profetas, etc.
Se estima que hay en la actualidad más de mil 300 millones de musulmanes haciendo del islam la segunda religión del mundo con más fieles, después del cristianismo.
La mayoría de los musulmanes no son árabes, pues tan solo el 20% es originario de dichos países. Los historiadores seculares ubican los inicios de esta religión durante finales del siglo VII en Arabia. Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam rápidamente se extiende por la faz de la Tierra mediante conversión religiosa o conquista militar. En la actualidad pueden ser hallados fieles del islam en todo el mundo, en particular en Oriente Medio, norte de África y en el sudeste asiático.
Pero dentro de islam también hay divisiones y la más importante es la que existe entre suníes y chiíes. La divergencia se origina con la muerte de Mahoma sin haber nombrado sucesor. Él era profeta, jefe de una comunidad y jefe de Estado. A su muerte, surgió la secesión. Los suníes consideran que con la desaparición del profeta se acaba la profecía y ellos nombran a unas personas, los califas, que administran la comunidad musulmana. Los suníes son el 85% de todos los musulmanes del mundo y se les considera más ortodoxos. Por su parte, los chiíes consideran a Alí, el yerno de Mahoma, como su sucesor, el último califa de Medina.
