La pacifista estadounidense Cindy Sheehan llegó el sábado a Cuba, desafiando las leyes de su país, para exigir el cierre de un centro de detención en la base naval que Washington mantiene en Guantánamo.
Sheehan, conocida como ‘madre de la paz’, liderará el jueves una marcha de 12 personas hasta el perímetro exterior de la base naval estadounidense en el extremo oriental de Cuba, con motivo del quinto aniversario de la llegada a Guantánamo de los primeros prisioneros musulmanes sospechosos de terrorismo.
Será la primera protesta jamás autorizada por Cuba en las inmediaciones del recinto militar, considerada un área de máxima seguridad. "Creo que llegó la hora de que la gente de un paso al frente y trate de detener esto", dijo Sheehan a periodistas a su llegada al aeropuerto de La Habana.
Junto a ella estarán el ex prisionero británico Asif Iqbal y la madre del residente británico Omar Deghayes, que está desde el 2002 tras las rejas en Guantánamo, a 910 kilómetros al este de La Habana.
"Estamos aquí como ciudadanos estadounidenses para decir que esta prisión debe ser cerrada.
Eso no significa que no deba haber justicia, pero no en la forma de una prisión militar", dijo Ann Wright, una coronel del ejército de Estados Unidos convertida en activista de derechos humanos.
"Siento que la prisión de Guantánamo da a Estados Unidos una imagen horrible", añadió, vistiendo una chaqueta del ejército con la insignia de coronel.
El grupo de cinco mujeres estadounidense que aterrizaron en La Habana incluye además a la activista Medea Bejamin, del grupo pacifista CodePink, y Adele Welty, madre de un bombero muerto en los atentados del 11 de setiembre del 2001.
Todas viajaron sin autorización de su gobierno, violando las restricciones de viaje a Cuba impuestas por la administración de George W. Bush.

