Más de 400 niños murieron en Somalia desde el comienzo de 2011 por la hambruna que afecta a la zona centro-sur del país y al Cuerno de África en general, donde hay 12 millones de personas en riesgo y suman miles los muertos en los últimos meses.
En las regiones meridionales somalíes de Bakook y Baja Shabelle, donde la ONU decretó oficialmente la carestía, la desnutrición aguda supera el 50%, con tasas de mortalidad infantil superiores a 6 sobre 10 mil por día en algunas zonas, informó Unicef.
Para Unicef, que ya empezó intervenciones contra la emergencia, es sobre todo la hambruna de los niños: la mitad de los 3.7 millones de personas afectadas por la emergencia son menores de cinco años; unos 554 mil niños están desnutridos.
Este año la agencia de la ONU para la infancia y sus asociados ya trataron a unos 100 mil niños con desnutrición aguda.
Hoy un dirigente del grupo de extremistas islámicos Shebaab, que controla las regiones más afectadas, expresó satisfacción por el reconocimiento oficial de parte de la ONU del estado de carestía en Bakool y Baja Shabelle.
En 2009, estos grupos habían prohibido toda ayuda procedente de los países extranjeros, y solo recientemente revisaron ese veto, aunque con limitaciones.
En las áreas más afectadas del país apenas el 20% de la población tiene acceso al agua potable.
