WASHINGTON, EU (ANSA).- Los pasajeros del vuelo United Airlines 93 ya se convirtieron en héroes en un país hambriento de personajes positivos tras el horror de la tragedia en las Torres Gemelas.
Mientras sigue siendo un misterio las causas de la caída del avión en un bosque de Pennsylvania, el único de los cuatro desviados por los terroristas que no dio en el blanco, los medios norteamericanos no dudan de que los pasajeros que iban a bordo del Boeing 757 opusieron una desesperada resistencia.
La saga del coraje de los pasajeros del avión, que salió de Newark (Nueva Jersey) rumbo a San Francisco, se ve alimentada por numerosos llamados telefónicos realizados por los viajeros a sus familias desde sus celulares, en las fases más dramáticas del secuestro.
El hombre de negocios Jeremy Glick consiguió llamar a su mujer Lyzbeth al menos cinco veces durante la odisea, contando que tres hombres de aspecto árabe, con bandanas rojas sobre la frente, habían secuestrado al avión, armados con cuchillos y amenazando con una bomba que supuestamente llevaban en una caja roja.
Los terroristas reunieron a los pasajeros y la tripulación en la parte posterior del avión, encerrándose en la cabina de pilotaje. Eso explica por qué los pasajeros pudieron llamar tan a menudo a sus familiares.
Informado por su mujer de lo que acababa de ocurrir en las Torres Gemelas, Glick manifestó su intención de hacer algo junto a los otros pasajeros para evitar el desvío del avión.
Parecía determinado a hacer todo lo posible para resolver el problema y volver sano y salvo a casa, contó la esposa.
Durante la llamada más larga, la mujer pudo poner en contacto a Jeremy con el 911 -el número de emergencias norteamericano- que registró la llamada.
La misma promesa le hizo Thomas Burnett, empleado de una compañía médica, a su esposa Deena. Si quieren hacer estrellar el avión en alguna parte debemos intervenir -murmuró el hombre- nos estamos poniendo de acuerdo con otros pasajeros: no nos quedaremos de brazos cruzados.
El avión cayó en un bosque de Pennsylvania, a las 10:10 del martes, mientras volaba en dirección a Washington.
El hallazgo en el bosque, junto a la zona principal de los restos del Boeing, de una segunda parte de restos, a unos 10 kilómetros de la primera, alimentó una serie de hipótesis sobre lo que podría haber ocurrido a bordo del Boeing 757 en sus dramáticos momentos finales.
Para los medios norteamericanos, no hay dudas de que lo que hizo fracasar los planes de los terroristas fue la revuelta heroica de los pasajeros.
Los controladores de vuelo registraron una serie de virajes bruscos del avión antes de caer en el bosque.
Una hipótesis es que los repentinos cambios de dirección y altura hicieron ceder la estructura del Boeing (tal vez se desprendió un motor).
Una segunda hipótesis es que los secuestradores realmente tenían una bomba con ellos, que estalló durante la lucha con los pasajeros.
Una tercera suposición es que los pasajeros abrieron las puertas de emergencia, provocando una súbita descompresión del avión.
No tiene mucho crédito, en cambio, una cuarta hipótesis: que el avión haya sido derribado por un caza militar norteamericano, para impedir que pudiera llegar a Washington y destruir objetivos como la Casa Blanca o el Congreso.
El Pentágono negó haber abatido el avión. De todos modos, los expertos siguen investigando el fin del avión, dejando abiertas todas las posibilidades.
