Una procesión de ancianos, jóvenes e incluso niños inició hoy el extenso, histórico y postergado velorio del cantautor chileno Víctor Jara, asesinado con 44 balazos en los albores de la dictadura militar, en septiembre de 1973.
“Estuve con él cuando los militares nos detuvieron en la Universidad Técnica del Estado para el golpe militar, nos llevaron al Estadio Chile y nos torturaron”, recordó a DPA Iris Aceitón, vocera de los entonces estudiantes que resistieron la asonada.
La mujer, flanqueada por sus camaradas de vida vestidos con camisas naranja, agregó con los ojos llorosos que la emocionaba ver a tantos jóvenes en la ceremonia, la que se extenderá hasta el sábado, cuando el intelectual será enterrado.
El evento, al que asistieron delegaciones de artistas, docentes, trabajadores y defensores de derechos humanos que hicieron guardia al féretro, fue organizado luego de que el cadáver de Víctor Jara, sepultado en 1973 en clandestinidad, fuera exhumado para los peritajes judiciales y así poder identificar a sus asesinos.
“Él todavía vive entre nosotros, siento que hacía falta este homenaje, aunque fuera 36 años después”, agregó a DPA Viviana Díaz, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, en el interior del galpón de la Fundación Víctor Jara, sede del acto.
Pamela Pérez, una anónima asistente al velorio en la bucólica Plaza Brasil de Santiago de Chile, añadió que era “tremendamente emotivo esperar tres décadas, para enterrar a alguien dignamente”.
