La repulsión que el escritor mexicano Carlos Fuentes siente por Bush tiene otros orígenes. Es moral, es racional y se funda en los hechos, según consta en su último libro, Contra Bush. Un pequeño diario que recopila artículos periodísticos y ensayos previamente publicados, sobre los peores agravios de la presidencia de Bush.
El reclamo central del argumento de Fuentes es que Bush se equivocó al fijar las prioridades de su política exterior y mintió conscientemente al mundo sobre las urgentes razones para invadir a Irak rompiendo la seguridad internacional y su orden jurídico.
Sadam Husein, ahora sabemos, ni tenía armas de destrucción masiva ni estaba a punto de tenerlas. Peor aún, “la guerra unilateral, sin autorización del Consejo de Seguridad, desdeñosa de toda opinión disidente, quiso consagrar el principio de dos soberanías, en palabras de George Soros. Una, la soberanía de Estados Unidos de América, sacrosanta y eximida de toda limitación. Otra, la soberanía de los demás, sujetos a la intervención norteamericana en virtud del principio de la guerra preventiva”, escribe Fuentes.
Hoy, dice Fuentes, “ni Europa ni la ONU ni la comunidad internacional en su conjunto podrán llegar a una solución satisfactoria con el actual régimen de George Bush”. Observando el caos en Irak, los aliados de Bush en los países árabes tiemblan cada vez que la retórica presidencial se desboca pidiendo la “democratización” de los regímenes déspotas.
Fuentes no es el único intelectual que desprecia al presidente estadounidense. Mario Vargas Llosa lo ve como “un personaje pedestre, que está en un mundo pequeño y práctico”. Enrique Krauze no coincide “con la política belicosa y pseudo mesiánica de Bush ni con su visión maniquea del mundo. Susan Sontag ha criticado el “programa imperial” de Bush y Gore Vidal considera que Bush es el presidente más tonto y nefasto en la historia de Estados Unidos. Una opinión compartida por Fuentes.
“La desacralización de la presidencia imperial me recuerda Tiempo Mexicano, de 1971, donde Fuentes escribió un artículo clave sobre Gustavo Díaz Ordaz. “Con ese ensayo”, dice Carlos Monsiváis, “Fuentes adelanta el proceso de ciudadanía en México al hablarle de tú a tú al presidente y al único partido en un país y en un momento en el que no había ciudadanos”.
Contra Bush es también un alegato en favor de la candidatura de John Kerry cuando argumenta que “Kerry podría hacer lo que Bush ya no puede: llegar a un acuerdo con la ONU y los aliados (sobre Irak) para una transición pacífica pero apuntalada en fuerzas militares que impidan la caída en el caos o la guerra civil”.
“Esta semana encontré a Fuentes en Mallorca y en la conversación que tuvimos me recordó que en el libro asienta que lo publicó pensando en la comunidad latina estadounidense. En las elecciones presidenciales norteamericanas todos los ciudadanos del mundo deberían tener derecho al voto. Los resultados nos afectan a todos, europeos, africanos, asiáticos. Y Latinoamericanos. La población hispánica de Estados Unidos, en este sentido, vota por todos nosotros, sus hermanos de México a Colombia a Chile y Argentina. Ojalá que voten bien”.
