Un año después de su independencia, Kosovo ha sido reconocido por 54 Estados, entre los que se cuentan la mayoría de los occidentales, pero encontró poco respaldo entre los países musulmanes, América Latina, África y Asia.
El 17 de febrero de 2008 los líderes de la mayoría albano-kosovar declararon la independencia siguiendo la pauta del conocido como “Plan Ahtisaari”, creado por el enviado de la ONU y premio Nobel de la Paz 2008, Martti Ahtisaari.
Dicho plan contaba con el apoyo de países occidentales, que pronto reconocieron al autoproclamado Estado como EU, Canadá, Australia y 22 de los 27 países de la Unión Europea, entre ellos Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, que reconocieron a Kosovo.
Por el contrario España, Rumania, Grecia, Eslovaquia y Chipre se resisten dentro de la UE a reconocer la independencia de la antigua provincia serbia, aunque el país que con más vehemencia ha rechazado la soberanía, junto a Serbia, ha sido Rusia.
Moscú ha sido un aliado firme de Serbia dentro del Consejo de Seguridad, el órgano ejecutivo de la ONU, donde China, otra potencia con derecho de veto, también ha mostrado su recelo y sigue sin reconocer la independencia de ese territorio.
La amplia mayoría de Asia, salvo Japón, Corea del Sur, Afganistán y Malasia, aliados de EU, no han reconocido la independencia. En América, Costa Rica fue el primer Estado en reconocer a Kosovo, seguido de Perú, Colombia y Panamá.