El gobierno de EU declaró ayer que la técnica de interrogación conocida como "ahogamiento simulado" o "el submarino" no es tortura, sino que es perfectamente legal y que ha salvado vidas de estadounidenses.
El presidente George W. Bush podría autorizar la técnica contra sospechosos de terrorismo en el futuro si considera que es necesario, dijo un portavoz.
El martes, el gobierno de Bush reconoció públicamente por primera vez que usaba esa técnica. El director de la CIA Michael Hayden, interpelado por el Congreso, reveló que tres presuntos terroristas fueron sometidos a ese método: Khalid Sheikh Mohammed, Abu Zubayda y Abd al-Rahim al-Nashiri, en los años 2002 y 2003.
Human Rights Watch, un grupo de defensa de los derechos humanos que ha calificado la técnica del submarino como una forma de tortura, señaló que el testimonio de Hayden "es un reconocimiento de actividad criminal".
El portavoz Tony Fratto dijo que "el consenso en torno a esta técnica en particular es que los funcionarios tendrán la oportunidad de debatirla no solamente en público, pero frente al Congreso, y que deberían hacerlo siendo muy claros sobre cómo esas técnicas fueron empleadas y cuáles fueron los beneficios logrados".
El submarino consiste en atar a un sospechoso a una silla o a una mesa, cubrirle el rostro con un trapo y arrojarle agua. A medida que el trapo se empapa, se va ajustando al rostro del detenido y le causa una sensación de ahogo. Fue uno de los métodos más populares utilizados por la Inquisición en España para interrogar presuntos herejes, y era conocido como la "pena del ansia", por la angustia que causa al que la sufre. Ese tipo de apremio físico ha sido condenado por numerosos países y está prohibido por la Convención de Ginebra, que protege los derechos de los detenidos.
Hayden prohibió la técnica para los interrogadores de la CIA, el Pentágono ha prohibido a sus empleados usarla, y el director del FBI Robert Mueller dijo que sus investigadores no usan esas tácticas.

