Las reubicaciones de las comunidades emberá wounnan que sufrieron las inundaciones de diciembre de 2010 a lugares más seguros han sido aceptadas.
Sin embargo, los residentes del poblado de Yaviza aún siguen reacios a la mudanza, informó Sugei Blanco, directora provincial del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot).
Según Blanco, ya se está procediendo a trasladar los materiales para 400 familias afectadas en las comunidades indígenas y que antes de la llegada de estos materiales han seleccionado el lugar donde estará ubicada la nueva comunidad.
Son El Salto, Lajas Blancas, Vista Alegre, Mogotes, Peña Bijagual, Unión Chocó, Canaan, Sinaí y Playona.
Yaviza no se va
Blanco aplaudió la decisión de los moradores emberás y wounnan que decidieron la seguridad para ellos y sus familias. En ese sentido, agradeció su cooperación y el hecho de que hayan seleccionado, con orientación técnica del Miviot, los lugares adecuados para construir sus nuevas casas.
Pero la funcionaria no pudo referirse en igual forma a los yavizanos. Con ellos, dijo, aún no se tiene nada en concreto, porque la mayoría de sus pobladores no acepta la sugerencia del Gobierno.
Yaviza, el último poblado al que se llega por la vía Interamericana, situado a 284 kilómetros al este de la ciudad de Panamá, se ubica en la confluencia de los ríos Tuira y Chucunaque, lo que le hace susceptible de constantes inundaciones.
Actualmente, dijo Blanco, se han construido 14 viviendas tipo tambo y se tienen programadas ocho más para continuar el proyecto, pero en el mismo lugar.
Además, el Miviot tiene previsto construir otras viviendas para las comunidades del Pacífico, 21 en Sambú, 8 en Garachiné y 25 en Puerto Piña.
El río es la vida
Maximina Valencia, afectada por las inundaciones y miembro del Comité Pro Construcción de Yaviza, relató que la gran mayoría de sus vecinos que posee buenas casas advierte que no se mudará a otro lugar, ya que temen perder su inversión.
Otros opinan que el lugar que sugiere el Gobierno, una finca cercana a la actual Yaviza, cuya ubicación es más elevada, les haría difícil el acceso al río, ya que todas estas familias tienen al Chucunaque como un elemento vital de su diario quehacer familiar y económico.
Aseguran también que el Gobierno les ofrece muy poco por dejar todos sus bienes y que fenómenos como los ocurridos entre 2005 y 2010 (inundaciones) se den cada 50 ó 100 años.
Los que nada pierden
Pero hay una cantidad significativa que sí acepta lo que el Gobierno les está ofreciendo, señaló, y son los que vivían en casas alquiladas, no tenían en dónde vivir y pagaban pensiones, y los que perdieron todo y solo les quedó el lote. “Estas familias sí están dispuestas aceptar reubicarse y tener lo propio”, subrayó Valencia.
En tanto, Orestes Escudero, subdirector del Sistema de Protección Civil, dijo que las nueve comunidades indígenas ubicadas a lo largo de los ríos Chucunaque, Tuqueza y Tupiza sí están dispuestas a reubicarse y que ya la institución evaluó los lugares y dio su visto bueno como lugares seguros para vivir.
