Hasta el momento, 14 fincas agroturísticas han sido certificadas ante la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) y otras seis se preparan para incursionar en esta modalidad de servicios turísticos y hoteleros, dijo Anabella Palma, administradora regional de esta entidad.
Explicó que el concepto de agroturismo permite que el cultivo de flores, el ordeño de vacas, el cuidado de caballos de carrera, la cosecha de hortalizas y el procesamiento de café tengan un valor agregado muy significativo, ya que además de las rentas directas, generan empleos y estimulan la economía de servicios.
“En la ATP asesoramos y orientamos a los productores interesados en participar en este tipo de empresas, ideal para quienes poseen la ventaja de contar con los principales recursos, como son la tierra y la actividad agropecuaria que por años han desarrollado”, manifestó Palma.
COMPONENTES
La certificación de una finca agroturística tiene dos componentes: el primero depende de que el Ministerio de Desarrollo Agropecuario considere que las condiciones de sanidad animal y vegetal no representen riesgos a la salud de los visitantes, y la segunda consiste en que la ATP apruebe que las instalaciones físicas sean aptas para el recibimiento, tránsito y alojamiento de personas.
Palma destacó que los propietarios de fincas que decidan incursionar en el agroturismo cuentan con los mismos incentivos fiscales que la Ley 80 brinda a la industria turística convencional, o sea, exoneración de impuestos de importación de equipos, accesorios y muebles que demande la actividad.
La gerente de Ventas y Mercadeo del hotel boutique Finca Lerida, Doris González, indicó que en 2000 los propietarios comenzaron a recibir turistas interesados en la observación de aves y de las plantaciones de café en el sector de Alto Quiel.
“La caficultura continúa siendo nuestra principal actividad económica, pero también son importantes los ingresos que genera el hotel, el restaurante, los servicios de senderismo y las giras por las cafetales”, declaró.
Consideró que el Estado debe fomentar el agroturismo agropecuario, porque muchas actividades de este sector podrían mejorar la economía familiar.

