Sin agua ni forraje permanece la mayoría de las fincas ganaderas, ubicadas en la zona costera de los distritos de Los Santos y Guararé, donde desde noviembre pasado hay una sequía que ya ha empezado a dejar las primeras reses muertas por la escasez de alimentos y porque los abrevaderos y quebradas están completamente secos.
La situación más crítica se presenta en los corregimientos de Santa Ana, El Espinal, El Aromo, Albina Grande, Monagre y Lagartillo, donde este año solo han caído tres aguaceros.
Joaquín Bernal, ganadero de esta región, dijo que la situación está difícil para el ganado, porque se acabó el pasto y el agua, mientras que las reservas que tenían de forraje ya se están agotando.
Eustorgio Bernal, otro productor, confirmó que en esta zona las lluvias solo cayeron durante tres días, pues lo demás solo han sido lloviznas “que ni siquiera humedecieron la primera capa de la tierra”, lo que ha hecho que los potreros no tengan nada de pasto para alimentar el ganado.
Igualmente, Rita Moreno, agricultora de la región de Monagre, adicionó que no han iniciado con la siembra de guandú para este período agrícola por la falta de lluvias, y estima que esto mermará la producción del grano para el mes de diciembre, cuando se da su mayor consumo.
Edilberto Peralta, representante del corregimiento de Santa Ana, señaló que van más de seis meses que por esta zona no cae una gota de agua, y la escasez de pasto ha obligado a los productores a comprarlo en otros sectores de la provincia a precios más elevados.
De acuerdo con Peralta, el ganado que durante el invierno pesa mil libras, en la actualidad no llega ni a 500 libras. El edil acotó que el Gobierno no se ha interesado en declarar esta zona de emergencia, cuando es necesario que se comience a brindar apoyo a los ganaderos o perderán sus hatos.
